El regreso de los Coronel a París. Un diálogo Padre-Hijo

Pedro, el padre…
« La pintura y la poesía se sirven de Coronel para expresarse. La relación de este artista con la pintura es erótica, o más bien amorosa, en el sentido de que reconoce la existencia de la obra como una realidad autónoma ».
— Octavio Paz, 1961.
« Pedro Coronel insiste una y otra vez en la soledad del sol, infinitamente mayor que la del hombre ».
— Juan Rulfo, 1964.

Exposición
28 mayo – 9 junio 2024

Art + Art Galerie
28 Rue de la Fontaine au Roi, 75011 Paris
, France.

Pedro Coronel, joven pintor mexicano, visitó Francia por primera vez en 1948, después de la Segunda Guerra Mundial. Allí entabló amistad con Octavio Paz, agregado cultural de la embajada de México, quien le presentó los talleres de Victor Brauner y Constantin Brancusi.
En 1961, ya reconocido como un artista galardonado y punta de lanza de la generación de la ruptura —aquella que rompió con la escuela mexicana de pintura a finales de los años 50—, expuso en la célebre galería Le Point Cardinal (que exhibía obras de Michaud, Ernst, Mata, Lam, entre otros).
Decidió instalarse en París y, en 1975, adquirió un taller en el distrito 14. Durante este periodo creó varias obras gráficas en el extraordinario taller de litografía Clot, Bramsen & George.

Las obras de Pedro Coronel forman parte integral de la historia artística de México, conectando con las vanguardias europeas, especialmente las francesas, que revolucionaron el arte en el siglo XX.
Las piezas presentadas en esta exposición son reediciones de serigrafías de Pedro Coronel, realizadas por su hijo (numeradas y certificadas). Martín Coronel ha estado a cargo, desde hace varios años, de la conservación, exposición, difusión y representación de la obra de su padre.

Martín, el hijo…
« Martín es un ser que ha perdido el miedo: por eso crea. En sus obras aparecen la salamandra y el dragón: el fuego terrestre y el fuego celestial se condensan en la superficie dura de sus piezas… ».
— Leon García Garazgarza, 1990.

« La versión más cercana a la verdad de los hechos es que la mujer nació de un soplo divino de arcilla (y no de un aliento divino), del cual nosotros, los hombres, hemos extraído nuestras propuestas más terribles y las mejores… Martín debe saber esto y mucho más. Es la voz de la arcilla la que nos deja sus notas en la quietud mate y terrosa de cada objeto ».
— Víctor Monjarás-Ruiz, 1989.

Martín estuvo en contacto con el arte desde su nacimiento, no solo por la herencia y el trabajo de su padre, sino también por el lado materno. Su madre, Ana Teresa O. Fierros, también estudió esmalte sobre metal en París. De regreso a México, fue profesora en la UNAM durante 40 años y, entre 1952 y 1954, colaboró en los murales de Diego Rivera: los del Teatro de los Insurgentes y los del Hospital de la Raza, donde incluso aparece representada.
Así, Martín creció inmerso en las vanguardias artísticas mexicanas y francesas, conviviendo en su hogar con grandes figuras del arte de la época.

Estas influencias lo llevaron a iniciarse muy joven en las artes plásticas. A los 17 años comenzó a expresarse a través de la cerámica, que sigue siendo su principal medio de creación artística.
Además, durante más de 25 años, ha organizado numerosas exposiciones. Reconocido como experto en la obra de su padre, recientemente fue curador de la exposición Pedro Coronel, 100 años, un camino infinito en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, con motivo del centenario del nacimiento de su padre.

Como artista, Martín ha participado en múltiples exposiciones colectivas en el Museo Carrillo Gil, el Museo de la Ciudad de México, Casa Lamm, así como en exposiciones individuales en la Galería Torre del Reloj, el Design Center of Americas (EE.UU.), el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán, y bienales como la Feria Internacional de Arte ARCO (Madrid), el FIAL (Bruselas), la 5ª Competencia Internacional de El Cairo, entre otras. También ha recibido numerosos premios y cuenta con publicaciones destacadas.

El regreso de los CORONEL a París…
París se ha convertido en un punto de encuentro, intercambio e inspiración para padre e hijo; un lugar de referencia e influencia innegable para ambos.
Esta exposición es una invitación a dialogar a través de sus obras, estableciendo un vínculo entre el trabajo plástico de Pedro y las cerámicas de su hijo Martín. Así se concreta una reunión artística, casi onírica, de estos dos artistas en París, su segunda patria.

Miguel Vaylón (Misha)
Comisario de la exposición.